Mache, tierra de la amistad,
a todos extiendes la mano,
sin distinguir propio o
extraño,
compartes tu pan con
generosidad,
en abundancia, carestía o
adversidad;
Mache pueblo esplendoroso,
donde esté me siento
orgulloso,
y te llevo siempre presente,
en el corazón y en la mente,
como a Cristo Rey, el todo poderoso.
Mache, tierra de sin igual
belleza,
en mi vida eres como un
sueño,
quiero verte un día, vestido de ensueño,
señoril, radiante lleno de
fresqueza,
en armonía con la
naturaleza;
antiguos poblaban ya tus cerros,
chungulayes, churgapes y
chasqueros;
zorzales, cernícalos y
cargachas;
curramañas, liclics y
viscachas;
halcones y cushipas, pronto alzaran el vuelo.
Mache, fuente de luz y
cultura,
esfuerzo, desarrollo y progreso,
los que se fueron, anhelaran
el regreso,
con la fuente de su origen
soñaran,
como golondrinas un día
retornaran;
pueblo generoso lleno de
dignidad,
eres mi origen mi sueño y mi
verdad,
con mi alforja retornaré un
día,
a contarte mi melancolía,
y a construir el nido para
la eternidad.
Mache, como águila intrépida,
el día en que yo muera,
confundirme quiero en tu
tierra;
esparcidas sean mis cenizas
al viento,
desde el Miramar cerca del
firmamento,
y de esas cenizas con mucho
amor,
germine quizás una blanca
flor,
y habré retornado al
origen,
por siempre eternamente,
con una sonrisa llena de
candor.
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1 comentario:
Me has emocionado. Mi padre también ama a sus raíces y, así como tú, siempre lo expresó en su arte y en su vida.
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