por parajes y caminos,
donde ya he visitado en sueños;
y embriagado por aromas
de flores silvestres,
moras de sauco,
"callaes" maduros,
y doradas espigas de trigo centeno;
contemplo el "mate" todavía tibio,
y el pan seco y curtido por el frío,
que esperan felices,
calmar el llanto de un niño.
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